La senda de La Regueirina explora un boscoso y húmedo valle del concejo de Tineo, donde confluyen los regueros El Llavadoriu y La Regueirina, afluentes del río Mudreiros.

Se trata de un apacible recorrido que transcurre escondido en un paisaje del suroccidente de Asturias, dominado por suaves colinas y verdes prados. Una ruta solitaria, perfecta para empaparse de naturaleza y descubrir un poco más acerca de esta zona, tan poco visitada y desconocida de nuestra región.

¿Te apuntas a explorar las entrañas de este concejo perteneciente a la Comarca Vaqueira? Seguro que no tardarás en caer rendido a los encantos que contiene este bucólico paseo.

 

 

 

Todo lo que debes saber antes de calzarte las botas

 

La senda de La Regueirina (PR. AS-286) es una ruta fácil de cuatro kilómetros de longitud, dos horas de duración aproximadamente, y un recorrido circular con salida y llegada en el pueblo de El Faedal, en el concejo de Tineo.

Tiene 200 metros de desnivel positivo (aprox.), con una altitud mínima de 436 metros y una altitud máxima de 622 metros, algo que debemos considerar sobre todo en verano, ya que la segunda parte del recorrido se puede hacer un poco más dura al ser cuesta arriba y a pleno sol.

También debemos tener en cuenta que la zona del reguero puede estar encharcada en época de muchas lluvias, por lo que es aconsejable que consultes el tiempo antes de aventurarte, y utilices un calzado adecuado a las circunstancias (probabilidad de mucho o poco barro).

Debido a las cuestas, la senda de La Regueirina solo está recomendada para niños (no muy pequeños) que aguanten un poco de desnivel. De todas formas, ya sabes que nadie mejor que uno mismo para evaluar sus capacidades (y las de sus hijos), porque cada caso es un mundo.

Si te estás planteando hacerla porteando, debes considerar que hay zonas con bastante pendiente que pueden ser un poco duras si no estás fuerte, o si no estás muy preparado para caminar por terrenos irregulares.

En concreto, los metros justo después de la cascada son los más delicados, dado que el camino es empinado y estrecho.

Además, no es un trayecto apto para sillitas infantiles, ni para personas con movilidad reducida; tampoco se puede hacer en bicicleta, pero es un plan fantástico para hacer con tu perro, ya que en la zona del río podrá refrescarse y chapotear sin ningún peligro.

La senda de La Regueirina: de recompensa, una cascada

 

En El Pedregal (AS-216) cogeremos el desvío hacia Villanueva/Ordial/Nieres, y desde allí habremos de recorrer 8 kilómetros por una estrecha carretera rural hasta El Faedal.

Atravesaremos un delicado paisaje de praderas donde pasta el ganado, así que abre bien los ojos, déjate llevar por la carretera y disfruta del viaje.

La senda de La Regueirina comienza en El Faedal, junto a la ermita de San Lorenzo. Allí no hay demasiado espacio para estacionar, por lo que has de ser cuidadoso, y aparcar sin molestar (debes tener especial cuidado para no hacerlo en la entrada a ninguna finca).

Caminaremos hacia el barrio de La Llencia, y pronto veremos la señalización de la ruta, que penetra en el bosque a mano derecha siguiendo el antiguo camino del Rañadoiro.

Nos adentraremos en un bosque de robles y castaños ¡Algunos de gran tamaño con muchísimos años de historia! También veremos acebos e infinidad de helechos, incluso hayas, aunque pueda resultar extraño por la poca altitud a la que nos encontramos.

Si hacemos la senda de La Regueirina en otoño – la mejor época para hacerla -, probablemente habrá numerosos tipos de setas, y disfrutaremos del bosque teñido de mil colores. Así que prepara tu cámara de fotos, o simplemente abre bien tus ojos para grabar este espectáculo en tu memoria.

Quizás incluso puedas ver a otro de los moradores de estos montes: el mito (Aegithalos Caudatus), un pequeño pájaro insectívoro que habita en el bosque.

Uniremos varias curvas en un descenso continuado hasta llegar al reguero El Llavadoriu, para después alcanzar las ruinas del molino de La Regueirina, un molino de agua propiedad del pueblo de El Faedal, donde los vecinos bajaban con sus burros cargados de grano para moler y obtener harina.

Justo al lado hay una pequeña área de descanso con una mesa y bancos, por si te apetece hacer una breve parada para recuperar fuerzas antes de continuar.

Desde aquí caminaremos por la presa del molino, hasta encontrar la gran sorpresa de esta ruta: la cascada que forma el arroyo de La Regueirina (también llamada cascada de Zaramatu).

Ésta vierte sus aguas en un pequeño embalse, cerrado en uno de sus extremos por un dique construido para abastecer de caudal a la vieja central hidroeléctrica.

Los restos de la central están a la izquierda de la cascada, en tan mal estado que casi pasan desapercibidos. Fue, precisamente, la primera en dar luz al pueblo de El Faedal en los años 40.

Desde aquí comenzaremos a subir por la peña’l Molín, una cuesta muy empinada y bastante irregular, que se ensancha poco después y continua en zig zag por la ladera del monte.

Pocos metros más adelante enfocaremos ya la pista del tendido eléctrico a mano izquierda, que será la que nos guíe por el cordal de la montaña, hasta alcanzar el alto de Las Portiellas, y posteriormente desviarnos a la izquierda otra vez hacia El Faedal.

Tras un pequeño descenso y volver a ascender junto a campos de cultivo, llegaremos al final de la ruta: la ermita de San Lorenzo.

Ahora es el momento de descansar, pero si no has prestado atención antes, te animo a que vuelvas a adentrarte en el pueblo para contemplar su coqueta arquitectura tradicional.

Si te apetece, otra sabrosa opción para rematar la jornada podría ser buscar un restaurante o bar para comer, ¡porque en Tineo se come de maravilla! Así que no te olvides de probar el pote y el chosco, si tienes oportunidad. Créeme si te digo que volverás a casa con las pilas cargadas al máximo.

 

¡Una bella y tranquila senda que te lleva por aldeas, bosques y cascadas de Tineo! ¡Si te ha gustado este post, compártelo en tu Facebook!

 

Texto y fotos: Sandra F. Sánchez ©asturiasprestosa.com